Tenemos la suerte de tener una animada colonia de ranitas meridionales (Hyla meridionalis) en nuestra parcela. Es una especie de microrreserva donde conviven con la Rana verde (Pelophylax perezi) y parece que están muy cómodas por el momento.
De día las ranitas arborícolas se reparten por todo el campo, suben a los olivos, al laurel, a postes y todo tipo de plantas y duermen un sueño pequeño y agazapado, agarradas a su hábitat arvense. Cuando se acerca la noche y el sol se pone, empiezan a desperezarse y se mueven entre las ramas y pronto van al suelo pegando saltos hacia la charca que puede estar a unos 20 y hasta 50 metros. Una vez allí todas reunidas como si se tratase de un club nocturno comienzan a croar. El canto de la Ranita meridional es uno de los más fuertes de Europa. Os aseguro que estar al lado de una charca con unas 20 ranitas de éstas es ensordecedor y eso que solo tienen el tamaño de medio dedo de la mano.
La ranita meridional es una especie protegida (o debería). Los anfibios están en retroceso (como tantos otros grupos), pero me imagino que ellas no lo saben. Así que pegan cada día su cabezadita pegadas a las ramas de olivo y a la eneas en la charca escuchando las máquinas y los coches, los aviones pasando y el rumor de los planes de urbanismo. Es como la venida del famoso asteroide. La cuestión no es saber si llegará su fin, sino cuándo. Porque todo se transforma a nuestro alrededor y al suyo. Mientras tanto, sigue el sueño de las ranas, su deambular por su microuniverso y su canto fugaz. Ojalá las podamos tener mucho tiempo.
1 comentario:
Hombre !
Te ha dado endivia y has posteado !!!
La verdad es que en vuestro "Parque Natural" teneis un ecosistema de lo más variado... ;-)
Por aquí todavía hace frio para que los batracios comiencen su actividad... y eso si queda alguno tras la plaga de Cigueñas que está acabando con ellos...
Un abrazote.
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