domingo, 9 de septiembre de 2007

La flecha de las salinas



(haz click para verla en grande)

Me encanta perseguir a los bichos en vuelo.

Encuadrar de puro reflejo ya es difícil. Atrapar a una gaviota o un fumarel en el agua, incluso un charrán común es un poco más difícil... pero lo que sí que pone a prueba mis reflejos es perseguir a un charrancito con la cámara cuando se decide a picar por un pez. Es como el tiro al plato, imagino, un deporte sosegado para que los que ya no somos vivarachos adolescentes tengamos oportunidad de mantenernos en forma. Nada de barreras, flashes ni cebos. La paciencia también es una ventaja de los que no somos vivarachos. La luz de esta foto es el sol poniéndose tras los pinos de Doñana y sus compañeras son muchísimas fotos con peores posturas, peor luz, de culo, desenfocadas, con alas cortadas... todas ellas costaron lo mismo y divirtieron en su ejecución lo mismo, pero... ay... cuando uno llega a ese ordenador y ve en grande una que no le desagrada... ¡qué sensación de satisfacción! También está la serenidad y la unión con estos protagonistas de la acción. Este instante es solo una pequeña fracción de segundo, pero pasas todo el día viendo como luchan, se pelean por las zonas, alimentan a sus pequeños... no es un deporte para ellos. No jugamos a lo mismo. Yo estoy relajado, en íntima unión con la naturaleza, inundado de luces mágicas y respirando aire marino salino y todo ese rollo... vale. Pero ellos se juegan la supervivencia de sus pollos y de ellos mismos con cada visita, con cada acometida. En realidad, como esos espectadores de las obras que las miran manos a la espalda, soy testigo de un proceso dinámico en el que soy ajeno. Vale. Hasta otra.

4 comentarios:

Helena dijo...

Espectacular!

Anónimo dijo...

Buen instante Carlos. Muy bueno es apunte de "no jugamos a lo mismo". Saber ver mas allá de medición y encuadre, y comprender la película que tenemos delante es algo en lo que aveces no pensamos, perdiéndonos en meras consideraciones estéticas, lo cual está bien. Pero si además de la tarjeta cargada nos traemos alguna reflexión a la que dar vueltas, la jornada sale redonda, y ya no somos tan ajenos a lo que hemos visto.
Un saludo.

Marmorlu dijo...

El agua de hielo, el alga por montera... desde que te has canonizado te has vuelto adicto a los vuelos... (y no me extraña).
Tu foto del Blog es la caña... si tuvieras la cara vendada pensaría que eras el hombre invisible... je, je.

alguazul dijo...

No se me ocurrió lo de vendarme la cara, ni ponerme margaritas, ya que no tenía barba donde pillarlas, pero me encanto solo de esa manera. De la del carnet de identidad no me gusto tanto.
Saludos Marmorlu.